El Puzzle del Rico Pérez (Parte III) El Laberinto del Rico Pérez
Si en la primera parte, de esta serie de artículos El Puzzle del Rico Pérez Parte I hablamos de la (enrevesada) manera en que el IVF se hizo con la propiedad del estadio,; y en la segunda entrega El Puzzle del Rico Pérez (Parte II) hablamos de las obligaciones que tiene cada uno de los intervinientes en este drama, respecto del mantenimiento del Estadio Rico Pérez. Lo que en esta tercera parte, se va a tratar de explicar, es el porqué de muchas cosas…aunque igual lo que consigo, es generar más interrogantes.
Pero antes como siempre, vamos a hacer algo de historia.
Si hay una característica, que diferencia a nuestro Estadio Rico Pérez, del resto de estadios, es el hecho, de que ninguna de sus gradas, es de igual forma, y tamaño, lo que le convierte, en un estadio muy particular, independientemente, de los gustos de cada uno. Pero esta característica, no fue un capricho de su arquitecto, sino de la necesidad de adaptar el estadio, al terreno de que se disponía. Así por ejemplo, la llamada “Grada Tejero” o Grada del mundial, tiene su particular forma, porque se le tuvo que hacer “chaflán” (esa palabra tan alicantina), ya que, de hacerla completa, invadía, en este caso, terrenos públicos por la zona de fondo sur; y por el lado norte, lo único que hizo, fue equilibrar la forma
Para que nos hagamos una idea, si tenemos en mente los comics de Asterix y Obélix, el Rico Pérez, es la pequeña aldea gala, rodeada de romanos, cuyo intento de expansión no se ha abordado de forma seria, desde que el estadio se inauguró en el año 1974, bien porque se abusó de la buena fe, de los otrora dirigentes; bien porque, desde que concluyó el último litigio sobre los terrenos aledaños, hace ya 11 años, nada más se ha planteado al respecto.
Entrando ya en materia, la ubicación actual del Estadio Rico Pérez, se empezó a fraguar en 1966, cuando a raíz de tenerse que disputar, un partido de desempate copero, entre Las Palmas, y el Hércules, el equipo alicantino, accedió a cambiar el lugar de la disputa del mismo, a cambio de una compensación económica, con parte de la cual, se abonó la entrada a unos terrenos en la entonces llamada Partida de Nogueroles. En esa época, era Presidente de la entidad, Ferrer Stengre. Lo que pasó después es algo complejo de explicar, porque transcurre en el contexto de penalidades económicas , para no perder la costumbre en lo que se refiere al Hércules. Como esto es historia antigua, tampoco voy a detenerme demasiado, el caso es que entre compras, ventas, y recompras tanto del estadio de La Viña, como de los terrenos de la partida de Nogueroles, al final, se consigue el terreno y la financiación necesaria para la construcción del estadio, cediéndose parte de los terrenos al Ayuntamiento, para la construcción del Pitiu Rochel, lo que a la larga, constituye un problema, para poder hacer crecer el estadio por el fondo sur, ya que ampliar esa grada, implica invadir la vía pública, con la calle que transcurre por ese fondo, y la limitación que supone la cercanía, del Pabellón Municipal.
¿Y qué ocurre
con Fondo norte?
El primero de ellos, es que lo único, que se sabe a ciencia cierta, es que los únicos terrenos que, por entonces, estaban escriturados a nombre del Hércules, eran 26.080 metros cuadrados, sobre los que se construyó el estadio.
El segundo de los hechos que se conocen, es que en el año 1975, el entonces Presidente Rico Pérez, compró al Padre Faustino, de la Congregación Nazaret Jesuita, unos terrenos, que no fueron escriturados, y que todos identificamos, como el parking de fondo norte, para hacer una ciudad deportiva, pero que la sentencia entiende, en virtud de la documentación obrante en el procedimiento, que no ha quedado acreditado, que fueran esos terrenos los que se vendieron, ya que el propio contrato de compraventa, parece ser, que remitía a la celebración de un contrato posterior, del que nada se sabe, para su concreción, además de presentar otros problemas formales, el documento presentado.
Y, por último, el tercer detalle que se sabe a ciencia cierta es, que en el año 2007, Aligestón integral, adquirió 35.121 metros cuadrados del Ayuntamiento de Alicante, que a su vez, los había adquirido del Hércules (tú la llevas) , de los cuales hay que descontar los 26.080 metros cuadrados, que pertenecen a la superficie del estadio; correspondiendo el resto, a tres parcelas colindantes: una, la supuestamente adquirida a la Congregación Jesuita; y las otras dos, a otro titular, que se compraron en el año 1980.
El resultado del pleito, fue contrario a Aligestión Integral, y no sólo reconocía la propiedad de los terrenos de fondo norte, a la Congregación Jesuita; sino que obligaba a su entrega y devolución a esta entidad (independientemente de si, posteriormente, se ha llegado a algún tipo de acuerdo, para que esa zona, siga abierta como parking durante los días de partido)
En otro artículo posterior, analizaré, más detalladamente esta sentencia, porque además de muy liosa, es muy interesante .
¿Y cómo afecta esto a una potencial reforma del Rico Pérez…y otras cuestiones?
Como hemos visto, cada uno de nosotros, del concepto “reforma”, “obra”…y “urgencia” tenemos un concepto diferente, nótese la ironía.
Podemos hablar, de la reforma que implica remozar el estadio donde se encuentra, dotarlo de una iluminación y saneamiento sostenible, de subsanar las deficiencias que hay en hormigón, y de adecentar sus exteriores, es lo que yo llamaría la reforma “low cost”.
Dentro del mismo emplazamiento, y siempre que haya la voluntad de adquirir las parcelas colindantes, y escriturarlas como mandan los cánones (y los abogados “TOCS” con las formalidades), la reforma puede ir a otro nivel: crecimiento de gradas en el lado norte, poner piel envolvente, cerrar el perímetro para evitar focos de suciedad… …hasta mover el estadio unos metros, para poder ampliarlo por fondo sur; se pueden buscar soluciones urbanísticas, para retirar los vehículos de la zona norte; construir un parking subterráneo, que complemente al del mercadillo de Teulada, los días que éste, esté cerrado por ser día de mercadillo, o los mismos días de partido; o hacer una plaza, donde se pueda colocar la “fan zone” o servir de punto de reunión, realizar eventos del club… la imaginación al poder.
La “falta de espacio” no puede ser nunca una excusa, en San Mamés se ha hecho; y en Villarreal se ha hecho, como se puede ver en la fotografía
O queda una tercera opción, que sería buscar un emplazamiento en las afueras, donde se pueda construir un estadio nuevo, pero perdería una ubicación privilegiada, sobre todo, en aquellos momentos, en los que el Hércules no esté bien deportivamente, o los horarios de televisión, hicieran inviable el desplazamiento de público . A las pruebas me remito, en partidos en el Rico Pérez, con 500 espectadores, porque la situación del equipo, no invita a acudir, ni estando el campo dentro de la ciudad.
En cualquier caso, en la segunda y sobre todo, la tercera opción, y hasta en la primera, que es la más sencilla de ejecutar, se requiere de algo, que esta ciudad adolece: voluntad y sobre todo, voluntad política, de querer arreglar algo . Como todo en la vida, “querer es poder”, ahora falta que alguien quiera.
Y hasta aquí, este, creedme, pequeño planteamiento de la problemática que rodea el templo blanquiazul, y que bien podría haber titulado “Guía del Estadio Rico Pérez para Dummies”. Espero que, por lo menos, haya servido para tener una visión panorámica de todo lo que rodea la situación del estadio. Si habéis leído los tres capítulos os podéis sumar +300 XP, porque la verdad es que no es fácil de digerir.
MACHO HÉRCULES
DLM
Comentarios
Publicar un comentario