LA COMPAÑÍA DE MAESE VILLAREJO
Tengo que confesar que he cambiado hasta tres veces de artículo, antes de
escribir este, y es que son tantas las cosas, que quiero comentar después del
partido contra el Algeciras, que me resulta muy difícil incluirlo todo en un
solo artículo, así que lo iré desarrollando poco a poco.
Yo como ya soy mayor, me acuerdo de cuando mi madre nos llevaba a mí y a
mi hermana al Parque de Canalejas, a ver la Compañía de Maese Villarejo, con las aventuras de Gorgorito y Rosalinda
frente a la Bruja Ciriaca (que no Celiaca) , y el Ogro Dienteslargos, como sus
antagonistas, y el final siempre terminaba a estacazo limpio (algo
políticamente incorrecto hoy en día, ya lo sé, pero mi generación se crio (la
RAE me dice que se eliminó esa tilde, siento la necesidad de excusarme por no
ponerla) de otro modo, y nos ha ido tan mal) entre el “bien” y el “mal”, que
entonces estaban perfectamente definidos.
En el Teatro de Títeres que el Hércules tiene montado esta temporada, es
muy difícil saber quiénes son los “buenos” y los “malos”, porque, en el mundo
de los adultos, además del blanco y el negro, están los grises, y, sesgos aparte, tanta culpa tiene la Propiedad,
desde el punto de vista estructural; como la tiene Rubén Torrecilla, desde el
punto de vista deportivo.
Así, los principales personajes de este embrollo, son los siguientes:
Por un lado, la Propiedad, demonizada por la afición, es culpable, porque después de 23 años al
frente, todavía no ha aprendido que un club no se pueda llevar a salto de mata,
con proyectos erráticos que abarcan desde el despilfarro más absoluto, hasta
invertir lo justo para seguir respirando, sé que es muy difícil opinar sobre el
dinero de los demás, y que estamos hablando de categorías deficitarias, en las
que prácticamente todo son pérdidas, pero se ha echado mucho menos, coherencia o
una hoja de ruta, a la hora de estructurar el club, hasta el punto de que hoy
en día, siguen teniendo cosas de “Benito y Manolo”, a pesar de que, en otras,
es justo reconocerle, que ha mejorado ostensiblemente . Esta temporada, se la
han planteado como un “voy a tirar con lo del año pasado, invirtiendo lo justo,
a ver qué pasa”, y lo que está pasando, es que a falta de dos jornadas, estamos
mirando de reojo el descenso, cuando lo
teníamos en la mano; y con perspectivas, de mirar hacia arriba, más que hacia
abajo. No me creo que siendo un empresario de éxito, no sea capaz de llevar un
rumbo coherente, como si de cualquier otra empresa se tratara, al fin y al cabo, un club
de fútbol lo es, aunque con sus
particularidades.
La figura de Paco Peña, es más controvertida, porque está a caballo entre
la faceta institucional; y la responsabilidad deportiva. En él recaen, al final
las decisiones deportivas, sobre las altas o bajas del equipo, además de ser la
persona de confianza de la propiedad, que, de fútbol, después de 23 años, tan
sólo sabe que la pelota es renda, y bastante me parece.
Esta temporada, Peña además de mantener parte del grupo del año pasado,
realizó una serie de fichajes con sello propio, como fue Frank Angong, y Oriol
Soldevilla, y el (Re) fichaje de Samu Vázquez, concediendo al míster fichajes
de confianza, como Mario García, Aranda o Montoro…dejo fuera a Romera, porque es
el fichaje de Romera, el que ha hecho saltar todo por los aires.
Yo a Peña de achacaría, la descompensación de la plantilla de medio campo
hacia la defensa; y el haber dado bajas, en el mercado de invierno, sin tener
cubiertas esas posiciones, y de esas bajas, hay que hablar, pero necesariamente
hay que mencionar el papel de Torrecilla
en ellas, porque curiosamente, son los tres jugadores que puso, de manera muy
poco elegante, a los pies de los caballos, después del partido contra el
recreativo de Huelva, en Huelva , y que de haber estado en plantilla, nos
habrían venido muy bien, aunque sólo fuera por cuestión numérica, y aunque es
cierto, que uno de ellos pidió de forma voluntaria salir; el tercer personaje
de esta historia, estuvo directamente implicado en su decisión, como lo estuvo
en la de los demás.
Y de esta forma llegamos a Rubén Torrecilla, que vino avalado por el
ascenso de la temporada , pero que también estuvo cuestionado la temporada
pasada cuando estuvo ocho jornadas seguidas sin conocer la victoria, y al que
salvó el sprint de seis victorias consecutivas que nos alzó al primer puesto de
la clasificación. Para mí, esta temporada, le ha costado adaptarse a la
categoría, y si ha llegado hasta a estas alturas, es por los partidos que ha sacado
en el Rico Pérez. Sin duda, y si es cierto lo que se dice del fichaje de Dani Romera,
y que comentaba en mi artículo La Guerra de los Rose,
es la circunstancia, que quebrado la confianza entre él mismo, y Paco Peña, y
que es lo que lleva a dudar de su continuidad, y en convertir cada rueda de
prensa en una sucesión de reproches constantes hacia la Dirección deportiva, sin
ser capaz, de ver sus propias faltas. Se define a sí mismo, como entrenador de
cantera; y cuando ha podido echar mano de ella, no lo ha hecho, por tal de
humillar al que a la postre, es su superior. Independientemente de lo anterior,
tácticamente, salvo en algún partido, ha sido bastante inferior a sus colegas
de banquillo esta temporada.
En otro artículo ya diré lo que pienso sobre si debe ser un entrenador el
que haga la plantilla
Y este el panorama en el que se encuentra este gran teatro de títeres que
es el Hércules, a fecha de hoy, así que lo mejor que puede pasar, es que acabe
la temporada, y ya se verá cómo acaba , porque se viene culebrón veraniego .
Y para que no sea todo malo, felicitar a los chavales del Hércules B y
del Juvenil. Unos por su ascenso; y otros por su permanencia. Ojalá, alguien se
dé cuenta de que la base del futuro de la entidad está en ellos
DLM
MACHO HÉRCULES
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