EL FUEGO DE ARQUÍMEDES



               Según las crónicas de Galeno, y Luciano, en el devenir de la segunda Guerra Púnica, y como consecuencia del apoyo de la ciudad griega, al bando cartaginés, la ciudad de Siracusa, se vio envuelta en un terrible asedio, por parte de las topas romanas, cuyo Emperador, no perdonó que esta ciudad, tradicional aliada suya, sumara su apoyo a la causa del General Haníbal

Los defensores de la ciudad de Siracusa emplearon, entre otros inventos ideados por el insigne matemático Arquímedes, unos grandes espejos cóncavos, con los que consiguieron incendiar la flota romana, liderada por los Generales Apio Claudio y Marco Marcelo (este último, tenía nombre de delantero argentino), compuesta por tres legiones y sesenta quinquerremes. El funcionamiento era sencillo, y estaba basado, simplemente, en aprovechar la energía calorífica del astro rey, y multiplicarla por obra y gracia de los espejos, algo así como una Estrella de la Muerte de Star Wars, pero en antiguo. Este invento, que en la Edad Media, fue mejorado (los humanos siempre perfeccionando mejores métodos de destrucción) , también es conocido dentro de lo que se conoce como Fuego Griego

               Como pasa siempre con los hechos ocurridos en la Antigüedad, no se sabe a ciencia cierta, si los hechos son reales, ya que los grandes historiadores romanos, como Tito Livio, prefirieron correr un tupido velo, sobre estos hechos, aunque sí se conocen por los que he mencionado anteriormente.

               Siracusa luchó contra el asedio romano, con las armas que tenía, como también lo hizo el Hércules , frente al asedio que recibió de la Unión Deportiva Ibiza, que se puso por delante en dos ocasiones, y al que, en tres rayos destructores, el Hércules consiguió doblegar, en un partido intenso, marcado por la emoción del recuerdo a Delibasic, que sin duda, empujó desde el cielo, los tres disparos de Romera, Solde y, sobre todo, el rayo fulminante de Javi Moreno, que en minuto 75 perforaba con fuerza la portería favorita del balcánico, y donde hoy honraba su memoria, un ramo de flores depositado en los prolegómenos del partido, por algunos de quienes fueron sus compañeros de equipo.

               Hoy no se podía fallar, y no se falló.

               Hubo fútbol, y por fin, el otro fútbol, cuya ausencia, y falta de oficio, nos ha costado tantos puntos, y tantos sinsabores. Con un fondo de armario adecuado, quién sabe dónde podríamos estar ahora, pero esta victoria debe servir para hacer crecer al equipo, y “hacer soltar las piernas” a los jugadores. Toca corregir errores, pero también disfrutar de esta victoria de prestigio, que nos da licencia para soñar.

               La próxima semana una nueva batalla en Antequera, y si….

 

DLM

MACHO HÉRCULES

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